Son notorios los conflictos que se están presentando en el interior de país, esta vez me toca ir a la vapuleada ciudad de Cajamarca, es que, el trabajo de un periodista es así; pensar en ¿tomar un relajante baño termal donde una vez el inca estuvo? ¡No hay forma! Mi vuelo llegaba a Cajamarca a las tres de la madrugada, tenía la oportunidad de poder dormir un poco, sabía que me esperaba un día muy intenso con todas estas revueltas ocasionadas por el controversial proyecto “Conga” de la minera Yanacocha.
A la mañana, el escenario era de esperarse. La plaza de armas de Cajamarca estaba abarrotada de pobladores y campesinos, según ellos, los agraviados directos de dicho proyecto minero. El mensaje era uno solo: “La cancelación del proyecto minero Conga”, no había marcha atrás, nunca había visto gente tan decidida, para ellos el proyecto se cancelaba sí o sí. Ahora, ¿realmente ellos conocían toda la verdad con respecto a los beneficios y perjuicios que Conga podría traer a Cajamarca? Para poder entrar en contexto expliquemos las razones que tienen los campesinos y de que trata el proyecto Conga. Las reservas de Yanacocha ya se están agotando, ante ese problema, Yanacocha empezó una etapa de exploración en tierras contiguas a su campamento minero, ¿Qué ocurrió? Bingo, Yanacocha encontró recursos –dicen los estudios que el doble de su actual campamento– y a eso le llamaron “Proyecto Conga”, ahora bien, el problema surgió cuando se dieron cuenta que “su proyecto” se encuentra debajo de tres lagunas naturales. Entonces, la única manera para poder empezar con la explotación del tan ansiado oro es secando, sí, secando las lagunas, proceso que por supuesto los campesinos no permitirán.
Alrededor de las nueve de la mañana llegó la comitiva desde Lima encabezada por el ministro del interior Oscar Valdez, el propósito era obvio, convencer a las “minorías” que cesen este absurdo. Desde Lima, el presidente Humala daba un alentador mensaje a la nación: “Podemos obtener agua y oro”, Cajamarca no compartía dicho discurso; creo que ahora sí es pertinente decir que Cajamarca es un pueblo pobre, sentado en un sillón de oro (literal). El lugar de reunión –entre la comitiva llegada desde Lima y los “líderes” de los diversos movimientos Cajamarquinos– fue la sede del gobierno central. El pedido del ministro era que cesen en sus protestan que perjudicaban a todo el país, de todo el pueblo cajamarquino que se cancele el “proyecto Conga”; el debate terminó en una discordancia y no acordaron nada, las manifestaciones continuaron y el ministro regresó a la capital con una negativa por respuesta.
Dejemos un momento el conflicto físico y vayamos por un momento al conflicto –creo yo– constitucional que se genera en este caso. Por un lado la constitución de 1993 protege a las comunidades tanto nativas como campesinas, incluso les da personería jurídica, reconoce su autonomía, organización, libre disposición de sus tierras. Entonces, para explicar un poco este artículo 89 –que no parece ser tan complicado de entender– si una comunidad campesina se establece en un lugar determinado, por mandato de la constitución, esa tierra pasa a ser parte de dicha comunidad, su propiedad nunca prescribe, es un derecho absoluto sobre ellas –las tierras–, hasta ahora no existe ningún problema, todo está claro. El problema surge cuando ¡Oh sorpresa! Hay un artículo que nos habla sobre los recursos naturales, en resumen, el artículo 66 de la misma constitución dice que los recursos renovables y los no renovables, como los minerales, son propiedad del estado peruano. Yo me pregunto ¿el oro, la plata, el cobre, crecen en los arboles? Mi pregunta es un poco irónica ¿verdad? Obviamente que no, los minerales se encuentran debajo de la tierra, ¿ya se van dando cuenta cual es el conflicto? Sí, el estado para poder obtener un mineral que se encuentra debajo de las tierras de las comunidades tendría que desalojar a los campesinos de dicho espacio geográfico, entonces ¿es un derecho absoluto lo que tienen las comunidades? Sigo en la opinión de que si, a mi argumento se le suma la nueva ley de consulta previa, esta ley dice que antes de iniciarse un proyecto minero, las comunidades directamente afectadas deben dar su respaldo, en caso no lo hagan, el proyecto sencillamente “no procede”.
Para concluir, se debe realizar una reforma legal en cuanto a las leyes ambientales, reafirmar de manera legal el derecho de propiedad que poseen las comunidades campesinas, aclarar el poder limitado que tiene el estado hacia la propiedad de las comunidades. Los campesinos no reclaman dinero, es más, muchos de ellos aún utilizan el “trueque” para poder subsistir. Si de una u otra manera desea “comprar” sus tierras, la oferta debe ser clara. Considero que las negociaciones no deben ser hechas entre el privado y el estado, debe ser hecha entre el privado y la comunidad misma. Regreso dándome cuenta que el Perú es mucho más que Lima y que son esas minorías las que deben tener mucha más protección legal que el limeño capitalino, son a ellos quienes afectan la explotación minera e hidrocarburos, nosotros solo nos beneficiamos de toda la contaminación que ellos aguantan por décadas. Si el estado no hace nada por protegerlos ¿Quién lo hará?